La canción compuesta y grabada por Leo, se transformará e inspirará un texto escrito por Karla, quien posteriormente lo narrará y grabará para que se integre a la canción.

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La calma
La realidad es pendular
mírese desde donde se mire.
He estado en uno y otro lado de la rueda
buscando el espejo que me refleje entera
y esta nunca ha dejado de girar.
Serenidad, paz, armonía
equilibrio, balance, simetría, quietud, silencio...
Todas ellas, palabritas complicadas
dulces quimeras
de nuestros pies bien puestos en el concreto
estructuras mentales que chocan
con la naturalidad.
Hace algún tiempo me gritaron
¡No salgas! Quédate adentro
la libertad se limitó a una ventana
la esperanza se vistió
de los dedos que corrían las cortinas
para dejar entrar el sol.
Pero el mundo no cesó
y cualquier grieta era perfecta
para que se filtrara la realidad,
para que me descubriera epicentro del temblor
y onda sucesiva en el impacto de la piedra sobre el agua.
Acepté estar adentro ¡Sí!
entré tan profundo como pude
y el vértigo del péndulo
hizo temblar las estructuras de mi hogar.
los muros desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos
para descubrir que al decir que soy mi casa
la calma sonríe complacida
ante la contundencia de las metáforas.
No es casualidad que la palabra calma
encierre en sí misma al alma.
Adentro los caminos se bifurcan
vamos y volvemos
del blanco al negro
de arriba hacia abajo
de la luz a la oscuridad
de lo masculino a lo femenino
del odio al amor
del pasado al futuro
de la culpa a la ansiedad
de mí a lo otro...
Calma es la quietud de mi casa
zozobra el contacto con la otredad.
Principio maniqueista del absurdo
de un mundo erigido
sobre el vértigo del movimiento.
Soy calma
cuando no pongo a reposar el mar de la existencia
sobre el ancla de la certeza.
Soy calma
cuando me descubro aguja
y filamento en el tejido de la humanidad.
Soy calma
cuando cambio los prejuicios
por vivencias.
Soy calma
cuando como el caracol
llevo mi casa a cuestas
sin desligarme de ser
lo que danza en el espiral de la unidad.
Soy calma
cuando me rindo ante la incertidumbre
de transformarme todo el tiempo
como la nube, como el árbol, como el pez.
Yo soy la calma
cuando me atrevo a entrar
al vaivén de la vida
como si fuera la primera vez.